Historia
Avalmadrid SGR es una Entidad Financiera que se funda con su actual nombre en 1985. Esta sociedad hereda la actividad de la primera Sociedad de Garantía Recíproca creada en Madrid con el nombre de ASSAF en 1982. Eran momentos de creación de un nuevo sector, ya que la regulación del mismo venía desde 1978 con el Real Decreto 1885/1978, de 26 de julio, fruto del Acuerdo Económico y Social de 1977 o Pactos de la Moncloa
En dicho año, sus socios protectores fueron el Instituto Madrileño de Desarrollo (IMADE), perteneciente a la Comunidad de Madrid; el Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa Industrial (IMPI) de la Administración Central; los empresarios a través de la Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM-CEOE) y la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Madrid. Las aportaciones económicas más significativas de dichos socios protectores las hicieron el IMADE (1,2 millones de euros) y el IMPI (0,6 millones de euros). El riesgo vivo a finales de 1986 era de 3,5 millones de euros, superando a finales de 2006 los 180 millones de Euros. Esto supone un crecimiento sostenido en el tiempo, a lo largo de este periodo, del 20% anual.
Los socios protectores mencionados inicialmente continuaron sus aportaciones a la sociedad en los años siguientes. En 1986 el IMADE aportó 0,48 millones de euros para la constitución de un Fondo Especial de Provisión para Insolvencias, y el IMPI 0,24 millones de euros más como participación social. En 1989 se apoya el crecimiento con 0,15 millones de euros en participaciones del IMPI más 0,24 millones de euros de aportación al Fondo de Garantía por parte del IMADE. Con esta aportación se pretendía que los socios partícipes tuvieran que realizar menos aportaciones en las operaciones de nueva inversión.
En 1993 continúa el crecimiento de las participaciones protectoras con 0,5 millones de Euros del IMADE y 0,36 millones
En 1990 el IMPI cambia de política de apoyo a las Sociedades de Garantía Recíproca. A partir de ese momento potencia la vinculación a través de una segunda garantía de SOGASA (Sociedad de Garantías Subsidiarias), entidad que existía ya desde 1980, dejando la primera línea de actuación (los recursos propios, fundamentalmente) para una mayor implicación de los socios protectores de ámbito regional. Con ello, el IMADE se comprometió a aportar 0,12 millones de euros más en 1991. En este año se articula la salida del IMPI como socio protector de Avalmadrid, entrando en su lugar la Corporación Financiera Caja Madrid. El apoyo en el segundo nivel es realizado a partir de 1994 por CERSA (Compañía Española de Reafianzamiento S.A.) que, participada mayoritariamente por el Estado, proporciona un suplemento a la capacidad financiera de los recursos propios de las SGRs.
En 1993 continúa el crecimiento de las participaciones protectoras con 0,5 millones de Euros del IMADE y 0,36 millones de Euros de CORPORACION FINANCIERA CAJA MADRID, más la incorporación testimonial de CEIM. También se realizan aportaciones por parte del IMADE al Fondo de Provisiones Técnicas y al Fondo de Garantía (0,66 millones de Euros), extinto con la Ley de 1994. Con esta última aportación, se inician de manera activa las aportaciones fuera de las participaciones, que permiten el crecimiento genérico de la sociedad, y destinadas a la promoción de actuaciones específicas. En este caso, se trata del Plan Regional de Innovación e Internacionalización, atendiendo especialmente, y debido a la crisis reinante, a los expedientes del Servicio Regional de Apoyo a la Empresas en Crisis (SAECRI).
En esta línea se continúa en los años siguientes, con un compromiso de 3 millones de Euros de la Consejería de Economía, a hacer efectivo en caso de incremento de morosidad en operaciones especiales, hasta llegar a las líneas de apoyo de 2002 (Programa de Emprendedores, Programa Asociación Técnica Española de Constructores de Material Aeroespacial, Programa de Centros de Difusión Tecnológica, o Plan de Rehabilitación y Mejora de Mercados y Galerías Comerciales y Dinamización del Comercio).
Con estas líneas de apoyo se inicia un verdadero cambio de rumbo de estrategia de funcionamiento de Avalmadrid que pasa a percibir para sus operaciones de apalancamiento de inversiones fondos que antes destinaban las Administraciones Públicas regionales a subvenciones empresariales. Esta nueva política tiene como efecto un rápido crecimiento del volumen de riesgo vivo tratado por Avalmadrid.
El impulso se redobla en los últimos años, con el convenio 2005-2008 firmado por la Comunidad de Madrid y Caja Madrid por el que, entre las dos instituciones, aportaron 48 millones de euros a los recursos propios de Avalmadrid en partes iguales a lo largo del periodo.
En 2009, destacan nuevas aportaciones de la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid
En 2009, destacan nuevas aportaciones de la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid (8 millones de euros); de la Corporación Financiera Caja Madrid (8 millones de euros) y de otras aportaciones a los Programas de Apoyo a las Mujeres Empresarias (1,5 millones de euros) o al Programa de Innovación Tecnológica (0,6 millones de Euros). Se establece así una estrecha vinculación entre la financiación pública y la política de productos promovidos por AVALMADRID.
Con la introducción de estas líneas de apoyo y de estas operaciones al capital se ha introducido un cambio conceptual que se mantiene en la actualidad en las relaciones entre la Administración Pública regional y Avalmadrid.
En este contexto se enmarca también el acuerdo firmado en 2010 entre Avalmadrid, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y la Compañía Española de Reafianzamiento (CERSA) que permite financiar, a través de Avalmadrid, las operaciones de entre 200.000 y 600.000 euros de las pymes madrileñas, ampliando así los importes recogidos en la línea ICO Directo.
Otro de los hitos importantes de 2011 fue el reforzamiento de la Línea Internacional para incluir la financiación de las exportaciones de las pymes madrileñas, incluyéndose en ella la financiación de la pre y post financiación de las exportaciones así como la participación en licitaciones internacionales.
En 2012 se avanzó en la creación de nuevos productos específicos diseñados para las pymes y autónomos madrileños. Prueba de ello fue la ampliación de la línea ICO-SGR, dando lugar a la línea ICO Garantía. Este mismo año fue muy activo en cuanto a la renovación de los convenios con las entidades de crédito, muchas de ellas surgidas tras el proceso de reforma financiera. Uno de los puntos más importantes a destacar de este año fue la apertura de una delegación en Getafe, que presta servicio a todas las pymes y autónomos del sur de la Comunidad de Madrid.
El 2013 fue un año muy importante para Avalmadrid gracias a la firma del convenio con las principales entidades de crédito de nuestro país, que permitirá poner a disposición de las pymes madrileñas hasta 150 millones de euros en financiación preferente. Este acuerdo ha revitalizado la relación de la SGR con las entidades, colaborando de una manera mucho más fluida con ellas.
En 2014 Avalmadrid consiguió destinar más de 85 millones a 871 pymes y autónomos madrileños, lo que generó una inversión inducida de más de 122 millones. De esta manera, amplió el número de pymes beneficiarias del aval en un 9% respecto al ejercicio anterior. El importe medio de las operaciones se situó en los 98.000 euros, frente a los 133.000 de 2013. El 2014 fue también muy importante debido a la entrada como socios protectores de Avalmadrid de Santander y Caixabank, a los que se unió el Banco Popular a principios de 2015.
En cuanto a 2015, Avalmadrid concedió financiación a más 1.200 empresas, un 40% más que en 2014, a las que destinó 95 millones en financiación. No en vano, uno de los objetivos de Avalmadrid también en 2016 sigue siendo llegar al mayor número de empresas posible, especialmente a aquellas pequeñas y medianas que tienen mayores problemas para acceder al crédito por las vías habituales.
En este mismo sentido, cabe recordar que Avalmadrid está redoblando sus esfuerzos para ayudar a las empresas madrileñas a conseguir una mayor competitividad a través de líneas financieras específicas como la puesta en marcha en junio de 2016 para la innovación tecnológica.